CADA DÍA ES 8 DE MARZO

El pasado sábado 8 de Marzo las calles de varias ciudades se tiñeron de lila en la conmemoración del Día de las mujeres: manifestaciones multitudinarias que pocas recordábamos haber visto en motivo de esta fecha.

Quizás la afluencia masiva de mujeres y también de bastantes hombres fuera debida a un hartazgo cada vez mayor, fruto de la regresión de los derechos de las mujeres que pareciera nunca llegaran a instaurarse del todo, siempre pendientes de la última negociación político-estratégica.

El atentado contra los derechos sexuales y reproductivos que supone la nueva propuesta de ley sobre el aborto, una reforma laboral que profundiza en las discriminaciones que ya de por sí sufren las mujeres en el ámbito profesional, o el desmantelamiento de servicios públicos que es amortiguado mayoritariamente por mujeres – pues la falta de plazas públicas en jardines de infancia y residencias de mayores o la desaparición de camas hospitalarias supone, en definitiva, que la gente deberá ser atendida en sus casas, es decir, por las mujeres –; son algunas de las causas, que no las únicas, que nos llevan a hacer del 8 de Marzo una jornada reivindicativa cargada de exigencias.

Sin embargo, como reza un lema popular, “cada día es 8 de Marzo”, la profunda transformación social necesaria para alcanzar la igualdad real, una sociedad equitativa para todas y todos, libre de sexismo y discriminación, requiere del trabajo cotidiano y diario, de la incidencia en todos los ámbitos de la vida política, económica, social, cultural y privada, del esfuerzo sin tregua.

Nos entusiasmó la jornada del pasado sábado, las riadas de mujeres elevando la voz por sus derechos, pero nos recordamos a nosotras mismas que debemos seguir trabajando día a día, estar siempre alerta, no bajar nunca la guardia.