Mentoring y género

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Dentro de las vías disponibles en el mundo de la empresa para promover el acceso y promoción de mujeres, el mentoring tiene un papel destacado.

‘Mentoring’ quiere decir que una persona tutela a otra, de cara a ofrecer su conocimiento y experiencia y recibir a su vez nuevas ideas y futuro potencial. Es especialmente importante como herramienta que favorece la equidad, al permitir un contacto directo entre personas, abonando el terreno para poner en valor a quien se tutela.

Entre otros beneficios, podemos destacar:

-En este caso, contribuye al desarrollo profesional femenino.

-Facilita tanto el reciclaje como la adquisición de nuevos conocimientos, habilidades y actitudes.

-Ayuda a que los conocimientos que otorga la experiencia se traspasen a las siguientes generaciones, dando riqueza a la diversidad generacional.

-Crea una comunidad de aprendizaje, donde mentoras y tuteladas generan sinergias de conocimiento, valores y networking.

-Potencia vínculos positivos entre mujeres, sirviendo además de referencia como modelo de gestión y fomentando la representación femenina.         

-Contribuye al desarrollo social sostenible a través de buenas prácticas y ética profesional, favoreciendo así la responsabilidad social corporativa y la igualdad de trato y de oportunidades.

Desde una perspectiva de género, es importante visibilizar la desigualdad en el acceso a las empresas, ya sea por prejuicios o por la segregación vertical u horizontal del mercado de trabajo. De modo similar, una vez dentro de las organizaciones resulta mucho más complejo para las mujeres escalar puestos, tanto por el mantenimiento de modos de hacer masculinos y gestión tradicional que no aporta diversidad a los puestos de toma de decisiones como por la dificultad de conciliación a la que se enfrentan.

La diversidad es posible gracias a acciones como el mentoring,  que permite la interacción, el intercambio, el diálogo y el aprendizaje mutuo.