Con esta pregunta se daba inicio a la conferencia Los horarios en debate: Gestión del tiempo de trabajo el pasado martes 17 de noviembre a Palau Macaya, donde se presentaron dos informes: La gestión del tiempo de trabajo remunerado en el contexto de la reforma horaria por parte de Esther Sánchez y Medidas de conciliación y reforma horaria. Aplicación y opinión de las empresas catalanas por parte de Anna Mercadé.
Estos informes argumentaban la necesidad de la racionalización y la reforma de la gestión del tiempo, entendiendo éste como la construcción social del tiempo, el cual la sociedad divide entre laboral, familiar, personal, etc.
La racionalización horaria se entiende como el conjunto de medidas en el entorno de la organización del tiempo que hacen posible la adaptación y la conciliación de la vida personal, familiar y profesional y, a la vez, una optimización del tiempo de trabajo. Pero no se trata sólo de coordinar los espacios y el tiempo de estas tres esferas, también son presentes usos y horarios como el escolar, de ocio, de participación ciudadana, etc. Esto supone un cambio en los hábitos y costumbres de la sociedad.
Esta propuesta hace muchos años que está en debate en España, puesto que no seguimos el modelo de la mayoría de países europeos y, a la hora de las relaciones internacionales en el mundo laboral, es una dificultad añadida. Aunque estas relaciones con empresas europeas son las que aceleran esta reforma, puesto que para comunicarse y hacer reuniones es necesario conciliar horarios.
El tiempo del trabajo remunerado es el epicentro de esta reforma puesto que es el eje vertebrador del día a día de las personas. Pero para un cambio efectivo es necesario ver todos los usos de los tiempos como conjunto. La interrelación de estos hacen que la reforma comporte un cambio de cultura del país afectando a todos los ámbitos de la vida.
(Nuestros horarios)
Objetivos y beneficios que propone la reforma
Una problemática principal de la gestión actual es la disfunción del horario escolar y el horario laboral, hecho que aumenta la problemática de la conciliación. Por eso, es necesario converger los horarios de trabajos, escolar y comerciales hacia un mismo sentido.
Un aspecto importante es la calidad de vida, uno de los objetivos de esta reforma horaria. Los horarios europeos presumen de invertir en salud en aspectos como disminución de la siniestralidad, incremento de las horas de sueño, alimentación adecuada, tiempo para la práctica de deporte, etc.
La reforma horaria fomenta la cultura, ocio y participación social, aspectos que no se tienen como prioridad en nuestra gestión del tiempo y que son claves para el desarrollo comunitario.
A pesar de que en algunos momentos la racionalización horaria se ha relacionado casi exclusivamente con las mujeres, conciliar los tres ámbitos es una cuestión que implica y beneficia a toda la sociedad. Aún así, no tenemos que perder la perspectiva de género, y es así cuando nos damos cuenta que esta reforma favorece la igualdad de hombres y mujeres.
Uno de los cambios de estas últimas décadas es la masiva incorporación de las mujeres al mundo laboral remunerado. La jornada y los puestos de trabajo actuales se mantienen desde la Revolución Industrial española y en la actualidad no favorecen ni a hombres ni a mujeres. Las tareas de cura siguen relegadas a las mujeres y esto provoca una doble presencia femenina y una doble dificultad de la conciliación por parte de las mujeres.
La reforma horaria se basa en una corresponsabilidad entre las personas integrantes de los hogares y familias. Estamos viendo una pluralidad emergente de formas de convivencia que justifica todavía más la necesidad de adaptarse a los cambios de la sociedad para qué esta funcione mejor y sea más justa por todo el mundo.
La mejora de la conciliación y el rendimiento en todos los usos de las personas provoca una mejora de la productividad en el mundo laboral. Por este motivo, las empresas tienen que tener en cuenta medidas conciliadoras para las personas trabajadoras.
Un punto que puede jugar a favor es la revolución tecnológica que estamos viviendo en este siglo. Las nuevas tecnologías propician la adaptación organizativa y favorecen la aparición de nuevas formas de trabajo flexible, como es el caso del teletrabajo, una cultura todavía muy baja en nuestro país. Los informes muestran la necesidad de concienciar a las empresas de que más horas de trabajo no corresponde a más productividad. Así, otro punto fuerte de la reforma, es el ahorro energético y la eficiencia en los desplazamientos.
Es importante escuchar la experiencia de las empresas, puesto que son quienes detectan y ponen de manifiesto todos estos conflictos de las personas trabajadoras y estudia la viabilidad de las propuestas de la reforma.
Del segundo informe presentado, se extraen los resultados de una encuesta a las empresas catalanas. Con esta encuesta se buscaba la disposición de estas a aplicarse la reforma. El 40% de las empresas catalanas sigue el horario europeo que propone la reforma. El 78% de las empresas sin el horario europeo estarían dispuestas a este si se coordina una reforma horaria integral en toda la sociedad, y sólo un 20% no estarían dispuestas al cambio en ningún caso.
Entonces, si se mejoran tantos aspectos de nuestra vida con esta reforma horaria, ¿por qué no se pone en marcha?
Nos encontramos con dificultades muy concretas pero que tienen mucho peso, como son unos sistemas establecidos muchos fijas, diversidad de intereses y resistencias de muchas partes a cambiar las maneras de hacer tradicionales.
Para un problema de comunidad como el que se plantea es necesaria una solución conjunta: la negociación colectiva, que se lleva a cabo a través de los sindicatos, para tener en cuenta las problemáticas de todas las personas.
Fabian Mohedano, Presidente del Consejo Asesor para la reforma horaria, estuvo presente en la primera mesa redonda de la conferencia. Una de las preguntas que se le planteó fue “¿Cómo las empresas pueden ir en contra de la sociedad?” La respuesta fue clara: “Somos nosotros, como país, quienes vamos en contra del resto del mundo”.
Por eso, es necesario fomentar el debate y la formación para llegar a un consenso de toda la población y caminar hacia una sociedad más equilibrada, eficiente y justa. Al fin y al cabo, se trata de la mejora de calidad de la vida de las personas y del desarrollo de nuestro país.